Seguidores

sábado, 19 de noviembre de 2016

EL COLOQUIO DE LOS PERROS

Título: El coloquio de los perros
Autor: Miguel de Cervantes
Ed:  (Descarga de dominio público)
Pag: 94
ISBN: 9788420726588


Sinopsis:
Esta novela ejemplar de Cervantes aborda la condición humana desde la óptica de los perros. En este exquisito texto los canes descubren que la vida es un mero aprendizaje de la decepción, y el hombre, un ser malo por naturaleza que atenta contra sus propias vidas, creyéndose investido de una autoridad legítima.

Opinión
Es una novela corta en castellano antiguo, que me ha costado un pelín de leer y he tropezado alguna que otra vez hasta acostumbrarme a él. Aquí hay dos perrines que se han puesto a hablar, milagrosamente y sorprendidos por ello, uno de los dos no ha cerrado el pico en toda la novela llegando a agobiar jejejeje y claro, el otro pobre no paraba de decirle, tira, no te enrolles, que si me da tiempo también te contaré mi vida. Pero no tubo tiempo, pues el primero dale que dale a la sinhueso, llegó el alba....
y así conocemos las andanzas, vida y experiencia de solo uno de ellos. Ojú con Berganza.
Eso sí, entretenido ha sido un rato, tanto que me he quedado con las ganas de escuchar a Cipión, que siendo tan generoso con su compañero, me demuestra tener más sabiduría (Digo yo, haciéndome una metáfora de perro ladrador poco mordedor jejeje) Una lastima no saber nunca con que clase de hombres se topó en su vida. Lo que me sorprende a fin de cuentas de las aventuras de Berganza, que siendo perro vagamundo, tenga tantas oportunidades en la vida... bien por él! jejeje



Perlas

BERGANZA.-
Seguro puedes estar, Cipión, de que más murmure, porque así lo tengo
prosupuesto.
«Es, pues, el caso, que como me estaba todo el día ocioso y la ociosidad sea madre de los pensamientos, di en repasar por la memoria algunos latines que me quedaron en ella de muchos que oí cuando fui con mis amos al estudio, con que, a mi parecer, me hallé algo más mejorado de entendimiento, y determiné, como si hablar supiera, aprovecharme dellos en las ocasiones que se me ofreciesen; pero en manera diferente de la que se suelen aprovechar algunos ignorantes.»
Hay algunos romancistas que en las conversaciones disparan de cuando en cuando con algún latín breve y compendioso, dando a entender a los que no lo entienden que son grandes latinos, y apenas saben declinar un nombre ni conjugar un verbo.
CIPIÓN.-
Por menor daño tengo ése que el que hacen los que verdaderamente saben latín, de los cuales hay algunos tan imprudentes que, hablando con un zapatero o con un sastre, arrojan latines como agua.
BERGANZA.-
Deso podremos inferir que tanto peca el que dice latines delante de quien los ignora, como el que los dice ignorándolos.
CIPIÓN.-
Pues otra cosa puedes advertir, y es que hay algunos que no les escusa el ser latinos de ser asnos.